Biodiversidad y calidad del cielo nocturno en Fuerteventura
Uno de los temas que afectan a las islas, incluida Fuerteventura, y que han estado significativamente unidos a su riqueza biológica es su papel en las rutas migratorias, que de forma regular y a lo largo de miles de kilómetros realizan millones de aves, la mayoría de ellas utilizando, para su desplazamientos, la noche y sus estrellas para orientarse mediante complejos procesos aun no bien conocidos, en recorridos que a veces abarcan miles de kilómetros para una buena parte de sus desplazamientos. Este es un caso de especial importancia cuando se quieren llevar a cabo estudios de migraciones y utilizar cielos limpios con luna llena para el conteo de aves de paso. Algunos estudios avalan ya la importancia de las estrellas en los ciclos vitales de diferentes organismos en Fuerteventura, entre los cuales se hallan especies de tortugas, anfibios, murciélagos o numerosas aves, aun cuando se trata de mecanismos sofisticados cuyo proceso completo no se conoce y en el que intervienen no solo la visión directa, sino otros factores que tienen que ver con la posición de conjuntos de estrellas, luz polarizada, campos magnéticos o combinación de ellos. El valor de la diversidad biológica en Fuerteventura es ciertamente alto, si además tenemos en cuenta que se trata de un ámbito caracterizado por su extrema aridez. De acuerdo a los últimos datos proporcionados en el BIOTA Canario y en la Memoria de la Reserva de Biosfera, el número total de especies terrestres nativas conocidas hasta el presente en Fuerteventura se eleva a 2.541, de las cuales 128 se corresponden a especies endémicas de la isla y 541 constituyen endemismos canarios, siendo los insectos el grupo más numeroso. Este último es uno de los grupos afectados por la iluminación nocturna, tanto perturbando sus hábitos como produciendo desplazamientos inoportunos que le llevan a la muerte, aunque lógicamente, por su tamaño pasan más desapercibido y hacen menos “ruido medioambiental” frente a la problemática que presentan las aves u otros vertebrados.
Entre los invertebrados que cuentan con numerosos grupos de hábitos nocturnos y que se verían afectados por la incidencia de luz artificial en sus hábitats.
• Anfípodos: Crustáceos ciegos que se desarrollan en aguas salobres.
• Blatarios: Cucarachas de las zonas de mayor humedad.
• Dermápteros: Tijeretas presentes en las playas de arena.
• Coleópteros: Curculíonidos, Carabidos, Cerambicidos, etc.
• Lepidópteros: Mariposas de hábitos nocturnos (Noctuidos). De estas se conocen hasta un máximo de 86 especies.
El grupo de los vertebrados cuenta con especies de claro hábitos nocturnos como los anfibios (Hyla meridionalis, Rana perezi), un Reptil (Perinquén majorero, Tarentola angustimentalis), aves como la Lechuza común (Tyto alba), Pardela cenicienta (Calonectris diomedea), Pardela chica (Puffinus assimilis) o Mamíferos como el Erizo moruno (Atelerix algirus), la Musaraña Canaria (Crocidura canariensis) y el Murciélago de Borde Claro (Pipistrellus kuhli). Como ejemplo, se encuentra bien documentado el caso de la “pardela chica” (Puffinus assimilis), especie amenazada, cuyos pollos son deslumbrados por las luces de zonas urbanizadas provocando desplazamiento inadecuados, choques con estructuras urbanas y, en muchos casos, su muerte. La mayor parte de las especies referidas se encuentran asociadas a hábitats incluidos los Espacios Naturales Protegidos de la Isla, así como de los LICs (Lugares de Interés Comunitario) y de las ZEPAs (Zonas Especiales para la Conservación de las Aves). Cabe señalar que con respecto a los Espacios Naturales Protegidos y en referencia al régimen de usos, se hacen recomendaciones en cuanto a la adaptación de las infraestructuras y equipamientos eléctricos al paisaje y al entorno. La implantación de este tipo de infraestructuras está siempre en función de la zonación propuesta para cada uno de los espacios naturales; de tal manera que varía según se trate de zonas de exclusión, de uso moderado, de uso público, etc.
Cuando se habla de la influencia de la luz en el patrimonio natural, no debe olvidarse del medio marino y en concreto de lo que se denominado zona litoral y en la que se desarrollan los organismos bentónicos, cuya supervivencia se debe a múltiples factores como el movimiento del agua de mar, la luz o el tipo de sustrato. Todo ello propicia la aparición de un sustrato vegetal que a su vez es el soporte vital para toda una serie de organismos vivos, algunos de los cuales se ven influenciados en su desarrollo vital y el su etología, por la influencia de la luz. Un claro ejemplo de lo anterior son las tortugas marinas, en concreto la Tortuga laúd (Dermochelys coriacea), que es la única de las cinco especies citadas para la Isla de la que se tienen datos de desove en la Playa de Barlovento. El hecho de que este se produzca de noche es un claro indicativo de la afección que sobre su desarrollo vital puede tener la presencia en los alrededores de la playa, de focos de luz artificial.
Asimismo, resulta curioso resaltar que existe un conjunto de especies que desempeñan un papel muy importante desde el punto de vista ecológico, pues son organismos que pequeño tamaño (zooplancton, cefalópodos, crustáceos decápodos y peces), que durante el día permanecen a unos 500 metros de profundidad y que durante la noche ascienden a aguas superficiales convirtiéndose en una pieza clave de la cadena alimenticia. Este hecho demuestra la importancia que tiene en su desarrollo vital la luz. Otra de las especies de evidentes hábitos nocturnos es el Erizo de Lima, que durante las horas de oscuridad se desplaza decenas de metros en busca de alimento. Algo parecido ocurre con los Chocos, Calamares y Potas. Asimismo, destaca el Cangrejo blanco (Plagusia depressa), abundante en las Costa de Barlovento, en acantilados y charcos, en donde se cogen con relativa facilidad por la noche o al amanecer, alumbrándose para ello con luz artificial.